beatnik
los rimbombantemente ensordecedores y ostentuosos atardeceres, agredían escrupulosamente las miserias sujetadas a un tenue resplandor que socorría minúsculos e impalpables cosmos caóticos, en los que me vengaba, persistente, desviándome y extraviándome de lo real, concluyendo mi vida fútil, simulada y desdichadamente menesteroso, sutíl e indiferente, disimulando una farsa quimérica, en la que mis insuficientes penurias, perfeccionaban mi ultima etapa.
*clap clap clap*
odio a la gente
No hay comentarios:
Publicar un comentario